“Periódicamente, la gente me pregunta acerca de que “bata” me pongo durante la Misa. ¿Cómo es que tiene mangas? ¿Qué es eso?
P. McNamara señala: La vestidura propia de un diácono en la Misa es un alba (con un amito si es necesario), cíngulo, estola usada de la manera diaconal y la dalmática. La estola y dalmática debe ser del color litúrgico correspondiente.
Esta vestidura es de longitud hasta la rodilla. Fue desarrollado originalmente en Dalmacia, hoy en día Croacia, y fue importado e

Al principio, la dalmática, que originalmente era más largas, llegando a los talones, y más amplia que la de hoy, no fue bien recibida, al ser vista como un poco afeminado. Más tarde, sin embargo, se hizo popular entre los senadores romanos y funcionarios imperiales como un sustituto de la toga e incluso fue utilizado como el atuendo adecuado para la consagración del emperador.
De esto se convirtió en un hábito propio de la papa y de los obispos. Por último, se introduce como una vestidura para los diáconos de Roma por el Papa Silvestre I en el siglo IV y se convirtió poco a poco en la vestidura propia. Durante un tiempo, especialmente durante el IX al XIV siglos, los obispos y los sacerdotes en ocasiones incluso usaría la dalmática bajo la casulla. Este uso persiste en la actualidad, pero sólo para los obispos, que pueden llevar una dalmática debajo de la casulla en las celebraciones solemnes, especialmente ordenaciones.
De acuerdo con la práctica actual, los sacerdotes en la celebración según la forma ordinaria nunca usan la dalmátic

Con respecto a su uso habitual, podemos decir que la dalmática es el diácono lo que la casulla es el sacerdote. Por lo tanto, en la mayoría de los casos, el diácono puede usar la dalmática sólo cuando el sacerdote usaría la casulla.
En la práctica, me gustaría añadir algunos puntos más:
El diácono, deben usar siempre su estola bajo la dalmática, no en el exterior; porque llevarla en el exterior, alguien me explicó, es un poco como llevar tu ropa interior fuera de los pantalones.
No debería usar la dalmática para los bautismos, a menos que el bautismo tenga lugar en el contexto de una misa que está sirviendo.
En lo posible, se debe usar la dalmática cada vez que sirve en Misas, al igual que el sacerdote lleva una casulla. Tan solo puede haber excepciones cuando algunas parroquias no pueden ser capaces de pagar dalmáticas para sus diáconos, o porque hay lugares donde el calor del verano la puedan hacer demasiado insoportables (e inservibles.)” Greg K., deacon.

APUNTE FINAL:
Es usual encontranos a los diáconos revestidos sin dalmática, tan solo con el alba y la estola cruzada sobre aquella.
Es usual encontranos a los diáconos revestidos sin dalmática, tan solo con el alba y la estola cruzada sobre aquella.
Tal vez, porque en el ORDO MISSAE DE 2002 se contempla la omisión de la dalmática:
“Las ropas propias del diácono son:
a. alba,
b. estola y
c. dalmática, considerada la vestidura propia por excelencia del diácono (Ord 338), pero que puede omitirse por:
– necesidad o
– por rango inferior de solemnidad (Ord 119b)”
Pero en la INSTRUCCIÓN REDEMPTIONIS SACRAMENTUM de 2004 se recalca en el nº125 que: “La vestidura propia del diácono es la dalmática, puesta sobre el alba y la estola. Para conservar la insigne tradición de la Iglesia, es recomendable no usar la facultad de omitir la dalmática. Por eso SIEMPRE que se disponga de ella se debe utilizar en TODAS las Misas.
La dalmática, vestidura distintiva de los diáconos
La dalmática es la vestidura litúrgica exterior del diácono, que la lleva sobre el alba. Se utiliza generalmente en las misas solemnes, en las procesiones y bendiciones, excepto cuando éstas tienen carácter penitencial.
También es utilizada por los obispos y por el mismo Papa bajo la casulla en la misa pontifical solemne, pero no en misas privadas. Su uso bajo la casulla no se permite a los sacerdotes a menos que se les haya concedido un privilegio papal especial.
Es una túnica con mangas anchas; alcanza las rodillas, está cerrada delante, y abierta por los costados. Se distingue de la casulla que utiliza el sacerdote porque ésta suele ser de corte redondeado, mientras que la dalmática es de cortes rectos.
No hay ninguna regulación acerca del tejido de la dalmática. Su color debe estar de acuerdo con el tiempo litúrgico que corresponda (o la fiesta concreta, en su caso), por lo que debe coincidir con el color que esté utilizando el sacerdote.
La dalmática fue introducida por el Papa Silvestre I alrededor del año 325. En la primera mitad del siglo cuarto se usaba en Roma y solo allí y entonces, como hoy, los diáconos la llevaban como una vestidura exterior, y el Papa se la ponía debajo de la casulla.
En el siglo IX, la dalmática fue adoptada casi universalmente por obispos y diáconos en la Europa Occidental, incluso en España.
Al principio, la dalmática era una túnica larga y ancha con mangas muy grandes y llegaba a los pies. Su longitud se fue reduciendo progresivamente hasta llegar al siglo XVIII en que su longitud era de unos 100 centímetros (un metro). Al reducirse su longitud, las mangas se volvieron proporcionalmente más estrechas.
Originalmente la dalmática se hizo de lino o lana, pero cuando la seda se hizo más común y menos cara, la dalmática se hizo de seda. Desde el siglo XII también aparecen dalmáticas hechas de tejido fino de lana. Actualmente se utilizan los tejidos más modernos que permiten un lavado y planchado relativamente sencillo.
Hasta el siglo X, la dalmática era siempre blanca. Las dalmáticas de color fueron la norma general cuando, aproximadamente en el año 1200, se determinaron qué colores eran los litúrgicos y en consecuencia su uso se reguló definitivamente.
La ornamentación de la dalmática consistió al principio en dos rayas estrechas en línea recta hacia abajo por delante y por atrás, y de una banda estrecha en el dobladillo de las mangas, si bien no existe normativa alguna al respecto.
La dalmática proviene de un vestido del mismo nombre originario de Dalmacia. Era una de las vestimentas de las clases más altas; por consiguiente no es sorprendente que se utilizara para uso eclesiástico y después se convirtiera en vestidura litúrgica. Las interpretaciones simbólicas primeras de la dalmática aparecen al principio del siglo IX.
Los diáconos de los ritos orientales no llevan dalmática; sin embargo, en lugar de la casulla, los obispos llevan una vestidura exterior llamada saccòs que es similar a la dalmática. Los saccòs empezaron a usarse en el siglo XI.
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